Sergi,
Amor de mi vida,
no me dejes, no te vayas,
mira que no respiro y
y que bajo baya u olivo
se me escapa el suspiro
que en mi corazón anida.
Describir que ya no estás
que has huído, que te has ido,
que ya nunca jamás
este amor no fue ni ha sido.
Ilusión de mi mente,
mentira de mis ganas
y que tú ya no presente
no iluminas mis mañanas.
Dios mío,
Si sin tí yo me quedara
ni luz ni rayo divino
alumbrarían mi sino.
Si mi alma se enredara
en las redes del olvido...
Oh! Qué triste fin, mi alma!
Por haberte así querido.
Y en una triste playa oscura
descansarán luz, risa y gozo
que mi corazón y mi cordura
se hunden en un negro pozo.
Que ya no quiero vivir
ni abrir ventana ni puerta
sino escapar de este sufrir
que tu amor consigo lleva.
No puede ser sano ni lógico
que por una breve ausencia
yo me vuelva insigne loco
por la falta de tu esencia.
Que no es normal que yo ame así,
que me vanaglorié de mis durezas,
que usas sonrisa carmesí
con gran saña y destreza
para hacerme esclavo sumiso
bien de noche, bien de día,
que no supo lo que quiso
ni pudo hallar una vía.
Que es mucho amor el que hay dentro
que las palabras se hacen rebeldes
y aunque añoro nuestro encuentro
espero que aún me recuerdes.